viernes, 17 de septiembre de 2010

La tumba de Tut: una oportunidad irrepetible

Reproducción de la máscara funeraria de oro macizo del rey Tut (1336-1327 a.C.)

Durante este verano (estará hasta octubre)  he podido disfrutar en Madrid de una de las exposiciones más interesantes que haya visto nunca: la recreación de la tumba del faraón más conocido (que no el más importante) de la historia, Tutankhamon, tal como se la encontró el egiptólogo Howard Carter en 1922, cuando afirmó veo cosas maravillosas.


El mecenas de la excavación Lord Carnarvon no podía esperar, le carcomía la ansiedad y había preguntado nervioso a Carter sobre lo que se podía intuir, a través de la pared, a la luz de una vela, en la recién encontrada tumba KV62 del Valle de los Reyes. ¡Lo nunca visto!, uno de los momentos claves de la arqueología: la primera y única tumba faraónica encontrada sin haber sido saqueada, como fue dejada hace más de 3300 años por los antiguos egipcios.


Los objetos amontonados en los laterales, desordenados, pero intactos, incluso con restos orgánicos de la comida dejada para que el faraón muerto pudiera alimentarse en la otra vida; una colección de un valor incalculable, muchas piezas recubiertas de oro (algunas de oro macizo como uno de los sarcófagos o la máscara funeraria de la primera foto); marfil, lapislázuli, rubíes y gemas de todas clases, maderas nobles como el ébano o el cedro traido desde el Líbano, etc.

 Dosel de oro rodeado por diosas; dentro los vasos canopos con los órganos del faraón

Lo expuesto en la Casa de Campo son recreaciones, ya que los originales están en el Museo egipcio de El Cairo, ¡pero tanto mejor! ya que son fieles reproducciones de todas las piezas encontradas, realizadas por artesanos con técnicas y materiales similares (evidentemente no con oro o piedras preciosas, pero da el pego perfectamente) y por lo tanto sin los desgastes en los materiales, inevitables por tan largo tiempo, pese a la atmósfera cerrada de la tumba.

Pequeñas estatuas del faraón en diferentes acciones (pescando, coronado...) y dioses

Pero la visita a la tumba de la viva imagen de Amón (significado del nombre de Tutankhamón) no es sólo una acumulación de objetos, es un cuidado paseo por la historia del Egipto del Imperio Nuevo y la XVIII dinastía. Comenzando con un contexto geográfico e hitórico, para seguir con una galería de esculturas, aderezados con audiovisuales, paneles informativos concisos y todo ello ayudado por una clara audioguía.

Anubis acompaña al faraón que recibe un anj (llave de la vida) de la diosa Isis

Posteriormente se visita la recreación en sí de la tumba, en una atmósfera que ayuda a aumentar el misterio, se recorren las pequeñas estancias que conformaban esta modesta tumba, realizada apresuradamente para un faraón joven (sólo 19 años) que murió prematuramente. ¡Imaginad cómo pudo ser la tumba de Ramses II que reinó más de 60 años...!

 Sarcófagos de oro donde reposaba la momia envuelta en vendas de Tutankhamón

Finalmente en el piso superior se exponen todas las piezas: ataudes, sarcófagos recubiertos de oro (había hasta 3 unos dentro de otros), estátuas del faraón y los dioses, carros para la caza o la guerra, muebles (especialmente bonitos por su decoración y maestría técnica) y objetos cotidianos de todo tipo, con su consiguiente explicación de sus características y función.




Es una oportunidad que no se puede pasar por alto si te interesa conocer un pedacito de la Historia y más en concreto la del Egipto de los faraones en el apogeo de su civilización. Además te dejan hacer fotos sin flash (todas las fotos del artículo las hice con el móvil ya que lo desconocía), lo que te puede venir muy bien para los trabajos que te podamos mandar.

Sandalias y dedales de oro del faraón. ¡Esos sí que eran unos pies bien cuidados!

En próximos artículos analizaremos algunos aspectos de la civilización egipcia, como su religión, escritura, arte...

Para informaros sobre las visitas a la exposición, precios, etc. id a la página web http://www.tutankhamon-madrid.es/

Fotos Juanjo Martínez